Un día te despiertas y te sientes REAL. Ni especial, ni deprimido, ni con ganas de comerte el mundo. Sientes tu pies plantados en la tierra aunque ligeramente activos. Con la suficiente energía que te permite caminar o RODAR. Y piensas que simplemente con esa energía que te hace moverte tienes casi todo lo que necesitas para comenzar a DESCUBRIR. Con esos ojos reales con los que he despertado y con estos pies ligeramente inquietos que atesoro te animo a sentir tu compañía por lo queda por VENIR.
David Burgos