Barrio de Nicolás
El nacimiento de la ciudad que hoy podemos ver dista bastante del Berlín medieval nacido a orillas del Spree. Un grupo de mercaderes fue aupándose en esta zona hasta conseguir cierta relevancia favorecidos por la posición estratégica de la que disfrutaban entre las grandes ciudades de Spandau y Köpenick. Para ser exactos el origen de Berín es la fusión de dos entornos comerciales que llegaron a fusionarse a principios del siglo XIV; Berlín y Cölln. Su objetivo; conseguir la independencia ante los gobernantes locales.
Iglesia de San Nicolás
De aquella época nos queda el recuerdo más o menos mutilado del llamado barrio medieval de Berlín o Barrio de Nicolás. Aquí encontramos el templo más longevo de la ciudad que nos traslada al siglo XIII. Hoy, la Iglesia de San Nicolás es un museo que refleja los inicios de la ciudad a través de algunos personajes ilustres y con la iglesia y sus vicisitudes como elemento transversal. Un paseo por el coqueto barrio residencial nos descubre tiendas y simpáticos restaurantes donde atraer la atención de los turistas. Pero no os quiero engañar. Todo lo que vemos salvo algunos trazos de la iglesia corresponden a la década de los ochenta. El gobierno de la RDA para celebrar los 750 años del nacimiento de la ciudad financió la restitución de esta parte de la ciudad asolada por las bombas. Lo que se muestra ante nosotros no es más que una interpretación romántica de algún arquitecto que quiso revivir con mayor o menor fidelidad a la Berlín medieval.
No obstante, el barrio es encantador y nos deja preciosas postales, en nuestro caso, acentuadas por la ligera nevada de la noche anterior.
Detalles de la ornamentación que decora el barrio de Nicolás
¿Cómo les iría a esas dos ciudades unidas por una misma y acertada visión comercial? Pues podemos corroborar que estupendamente. El grupo de mercaderes comenzó a nutrirse de nuevos pobladores y las "amigas" del Spree pronto levantaron suspicacias dentro del extenso Sacro Imperio Romano. Tanta libertad no fue bien considerada por el emperador Seguismundo de Luxemburgo que en 1411 nombra gobernador de Brandeburgo a Federico I de Nuremberg colocando la piedra más visible de la Alemania del mañana. Berlín-Cölln quedaban muy bien situadas dentro de esta nueva "provincia" del Imperio y en 1443 se pone la primera piedra de un castillo que pretendía ser el símbolo de la unificación definitiva de las dos ciudades y que en el futuro acogería al fastuoso Palacio Real de Berlín. Pero no adelantemos acontecimientos porque aquí Seguismundo es el que sigue repartiendo el bacalao.
Imagen de archivo del desaparecido Palacio Real
Los diferentes gobernadores de Brandeburgo alzarían a Berlín en una ciudad próspera, fortificada y muy considerada dentro del Sacro Imperio. Hasta aquí todo bien. A Joaquín II gobernador por entonces de Berlín en los agitados años del protestantismo no le quedó más remedio que claudicar ante las reformas luteranas y en 1540 aprueba mediante decreto la conversión de toda la región.
Interior de San Nicolás ( en 1539 se celebra el primer servicio luterano de Berlín)
La guerra de los treinta años entre católicos y protestantes (1618-1648), un brote de peste en 1640 y los grandes incendios de 1665 dejarán a Berlín desolada. La creciente economía de la ciudad del Spree parecía haber llegado a su fin. Con más de 80.000 habitantes muertos o emigrados las posibilidades de prosperar eran poco halagüeñas.
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