sábado, 22 de agosto de 2015

Bilbao o La ciudad que supo soñarse

(Museo Guggenheim Bilbao y Puppy)

   Visitar Bilbao es disfrutar de un capricho irresistible, un regalo al que no debes renunciar. La ciudad que quiso limpiar el reflejo que proyectaba sobre su industrializada ría hoy brilla espectacular al igual que las escamas de titanio que se adhieren a su edificio más emblemático, el Museo Guggenheim Bilbao. Hoy, nos acercamos a esta ciudad moderna, sin miedos, clara y bulliciosa, a la que no le pesa el pasado y en donde la naturaleza está muy presente. Cálzate unos zapatos bien cómodos porque esta villa merece ser paseada. ¿Te vienes?

(Fuente del Parque Dña. Casilda Iturrizar)

   Comenzamos nuestra visita por el cómodo recreo que nos ofrece el Parque de Dña. Casilda Iturrizar, una zona ajardinada coqueta de principios de siglo XX que cruzamos de norte a sur hasta llegar al Palacio Euskalduna construido en la década de los 90 bajo la batuta de Federico Soriano y Dolores Palacios.  Muy cerca se encuentra el Museo Marítimo de la Ría desde donde la ciudad mira con añoranza su pasado vinculado a la mar.  Siendo la ría la brecha que surca Bilbao pensamos que bien merece recorrerla con tranquilidad y ver como afloran en su entorno las nuevas señas de identidad que la ciudad ha querido para sí. Comenzamos nuestra andadura dejando atrás la piel oxidada del Euskalduna para introducirnos en el Muelle Evaristo Churruca, una zona ganada a la industria que hoy se ofrece a las personas. Bajo la atenta mirada del faro de oficinas de 165 metros, que Cesar Pelli proyectara para Iberdrola en 2011, continuamos nuestro ascenso por la ciudad. Lástima que esta torre cristalina con base en forma de hoja y que se expande hacia el cielo con una elegante arista no haya servido para inspirar mejor el enrarecido tubo desmochado que ha ofrecido a la ciudad de Sevilla.    

(Muelle Ramón de la Sota junto al Museo Marítimo)


(Piel del Palacio de Congresos y la Música Euskalduna)

(Torre Iberdrola)

   Repuntando la ría hacia el centro histórico de la ciudad nos espera el Museo Guggenheim Bilbao. El edificio es una joya de titanio de mil caras imaginada por Frank Gehry como una escultura gigante de 24.000 metros cuadrados, una gozada para los sentidos. Es imprescindible recorrer su exterior y armarse de paciencia para visitar el interior en temporada alta. Pero lo que si te aseguro es que no has visitado Bilbao si no conoces su Guggenheim. Nosotros, esta vez, visitamos la retrospectiva de Jeff Koons. Muy recomendable. Estará hasta finales de septiembre y no te dejará impasible. El controvertido artista que anduvo casado con Ilona Stalle, más conocida como Cicciolina, y dueño del cancerbero que cuida del Museo, ese espectacular perro de flores que acompaña a las colas de entrada al edificio, te espera para mostrarte un recorrido bastante completo de su trabajo.

( Escultura "Mamá de Louise Bourgeois)


( Puente Zubizuri, Calatrava)

   Si seguimos nuestro camino junto a la ría, aún nos quedan algunos guiños más de modernidad como el Puente de la Salve y el Zubizurri. Llegamos hasta el Puente del Arenal y por fin cruzamos la ría para conocer el casco antiguo de Bilbao. No puede haber mejor carta de presentación para esta zona que el Teatro Arriaga vestido con su bellísima fachada neobarroca de finales del siglo XIX. Un lienzo refinado que imprime la personalidad del resto de edificios que se adentran en el pequeño casco viejo de la ciudad. Las calles rectas, más estrechas e impecablemente trazadas nos enseñan un Bilbao más accesible y perlado de restaurantes y comercios de todo tipo. Aquí disfrutarás con la visita de la coqueta Catedral de Santiago, podrás comerte algunos pinchos en la robusta Plaza Nueva o recorrer los puestos del Mercado de la Ribera. El bullicio de sus calles te llevará a sorprenderte con rincones como la Fuente del Perro una de las más antiguas de la ciudad, que fue abrevadero y que nos evoca otra Bilbao bien distinta.

(Teatro Arriaga)


(Casco viejo de Bilbao)


(Mercado de la Ribera, al fondo, Iglesia de San Antón)

(Plaza Nueva)

(Fuente del Perro, con perro y con codo)

   El espectacular desarrollo económico sufrido provocó que la ciudad cruzase la ría para proyectar grandes avenidas con suntuosos edificios que tienen su arteria principal y comercial en la Gran Vía Don Diego López de Haro. La calle Ercilla y El Cano completan junto a López de Haro una gigantesca estrella de seis puntas cuyo centro queda expresado en la Plaza Moyúa. Residencias, edificios administrativos como la excepcional Sede Osakidetza o la original restauración de la Alhóndiga Bilbao hoy, Azcuna Zentroa. El cambio de nombre homenajea al siempre alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna Urreta (1943-2014) que se convirtió en la figura visible de los muchos y las muchas bilbaínas que hicieron y hacen de Bilbao la ciudad popular, moderna, atrevida, cultural y comercial en la que nos encontramos. Una ciudad, que te fascina con edificios que moldean la luz a su antojo pero también, una ciudad, en la que te sorprendes al pasear por sus calles y ver al fondo el verde intenso de sus tierras, recordándote, que te encuentras en un pequeño paraíso del ocio y la cultura en constante construcción.


(Sede Osakidetza)

(Azcuna Zentroa)

RECOMENDACIONES:

- Merece la pena dejar tu vehículo en un parking subterráneo antes de perder tu tiempo en la búsqueda imposible de un aparcamiento fuera de zona azul.
- Saca tus entradas por Internet para visitar el Museo Guggenheim y olvídate de colas. Si vas en verano, acercaos en días soleados, el turismo irá a la costa y estará más tranquilo. Ten presente que en un día de lluvia todo el mundo piensa en las grandes ciudades.
- Azcuna Zentroa es un sitio espectacular, visitad el enlace que os he dejado. Lo mejor, sus columnas-esculturas tematizadas.
- Un sitio para comer, muy recomendable Brass Poza27.

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