Vista exterior del mercado
Visitar Oviedo es buscar nuestra
identidad, despejar entre las piedras del prerrománico lo que queda de nosotros
y lo que está por venir. En Oviedo desembocan desde el norte en forma de “Y”
todo lo bueno que la mar recoge por Avilés y Guijón y por el sur, este y oeste
se deja envolver por un inmenso pulmón verde que completa una alacena
envidiable para gran parte de los mortales.
Una de las viviendas que conforman la plaza
La plaza del Fontán, forjada en el
siglo XVIII, se convierte en una inmensa abacería de productos de primera
calidad y lugares donde degustar sus apetecibles viandas. Por ello te insto a
que despejes parte de tu día para pasear por su modesto mercado, que aún no se
ha apuntado a la moda gourmet, y que disfrutes del día con los puestos de ropa
y flores que rellenan las zonas colindantes a la plaza. Al final, ahora sí,
entra en la plaza y selecciona uno de sus bares, nosotros comimos en Casa Ramón
toda una eminencia ligada a la plaza y degustamos unos platos riquísimos con
una calidad-precio recomendable. Aquí el tiempo se detendrá y no es sólo porque
el sitio lo fomente sino porque tardarán en servirte pero, querido comensal,
aproveche para pedirse otra copa de vino u otra sidriña. Eso sí, para el postre
acércate a la pastelería que hay en una de las salidas de la plaza porque allí
encontrarás los mejores carbayones (dulce de hojaldre y almendra con glaseado) que vas a probar en toda Asturias, te lo aseguro.
Pastelería en la plaza del Fontán (carbayones, casadielles, frixuelos y mucho más)
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