El Conventín de Valdediós (no es una maqueta aunque lo parezca)
Valdediós… Ya tan sólo con
escuchar el nombre sientes que la cosa promete: Valdediós o Valle de Dios.
¿Cómo no visitar este lugar con semejante referencia? No seré yo quien te quite
las ganas pues sin lugar a dudas San Salvador de Valdediós o el Conventín es de
esos lugares que no te puedes perder. Y soy consciente de que con esto animo al
personal a que se acerque a este pequeño e idílico valle por lo que vas a ser
una o uno más de los turistas que se va a apoltronar entre sus muros.
Bienvenido a la industria del prerrománico, tu lucha por disfrutar de una
visita de calidad está perdida desde el primer minuto. Pero aun así te lo
recomiendo. Ojo el día que yo fui había dos guías, chico y chica que no se diga
que no hay paridad. Te exonero a que huyas, renuncies, te inventes una visita
inexcusable al excusado, cualquier cosa antes que sufrir la visita con este
señor-guía que parece que se ha comido a cuatro Teleñecos. No tengo palabras
para explicarles el circo de este señor… ¿A quién intento engañar? ¡Claro que
las tengo! Pero dejémoslo aquí y me gustaría pensar que fue un cúmulo de malas
casualidades,… Había tomado algo que le provocó una inflamación de lengua,
había dormido mal, había tomado algún psicotrópico que le hacía hablar y
moverse a esa velocidad vertiginosa,… Seguro que fueran todas estas cosas. Un
mal día lo tiene cualquiera.
San Julián de los Prados
La otra gran joya del
prerrománico es San Julián de los Prados, volvamos a Oviedo. ¡Aleluya! Gracias
Alfonso II por tener el buen ojo de crearte tu residencia palaciega en esta
parte de la ciudad. Del palacio no queda nada, bueno, sí, una bonita autovía y
un conjunto de naves industriales aberrantes. No pensemos en qué tropelías se
habrán hecho en este lugar. De lo que sería aquel estupendo complejo tan sólo
se salvó la iglesia que hoy presenta por uno de sus lados una estupenda pradera
donde los ovetenses, toalla en mano, se colocan para tomar el sol cual
lagartija vespertina. Por el otro, la autovía y una vista ascendente de la
ciudad. No se por qué, San Julián, pasa más inadvertido, así que, querido
amigo, estimada amiga, relájate, disfruta del prerrománico asturiano, sumérgete
en el siglo IX, asómbrate con lo que vas a encontrar dentro, pregunta a la
amable señora que está vigilando el monumento que seguro que tendrá a bien
contarte sus secretos.
Detalle del pórtico del Conventín de Valdediós
En Oviedo también encontrarás la
Iglesia de San Tirso el Real de la que tan sólo queda un vano triforio en su
ábside, San Miguel de Lillo, Santa Maríadel Naranco, la Torre Vieja de San Salvador, la Cámara Santa que no has de
perderte por lo que encierra y la Fuente de Foncalada “testigo único de la arquitectura hidráulica del Alto Medievo europeo” (mención en la apps Prerrománico
Asturiano que insto a bajarte).
Continuará…
RECOMENDACIONES:
-
Escapa del guía masculino en San Salvador de
Valdediós.
-
Bajar la aplicación móvil Prerrománico
asturiano.
-
Asegúrese en oficinas de información o centros
de interpretación de los horarios de visita y que la señora que enseñe la
iglesia aún viva o no esté de vacaciones (no es broma).
-
Es recomendable visitar algún centro de
interpretación. Recomiendo el Centro de Recepción e interpretación del
Prerrománico en Oviedo o el Aula de Interpretación del Prerrománico Asturiano
en Lena (estación de La Cobertoria).
No hay comentarios:
Publicar un comentario