Calle peatonal Graben
Viena es tan bonita y perfecta que puede abrumar. Ese tipo de belleza algo frívola que despierta envidias y prejuicios. Una visita a la ciudad de un par de días te dejará mal sabor de boca. Te parecerá poca cosa. Pero a nosotros no nos engaña la pose con la que nos recibe. Queremos saber más. De acuerdo. Mozart pasó una temporada aquí. Cierto. Es el escenario en el que tiene lugar la romántica y aliñada historia de amor entre Francisco José y Sissi. Tomamos nota. Si te gusta la obra de Gustav Klimt no hay otro lugar igual como Viena. ¿Y qué más? ¿Qué guarda la elegante dama del Danubio?
Catedral de San Esteban
El corazón de Viena está marcado por el cristianismo. Posicionada en el centro de la ciudad se haya la venerada Catedral de San Esteban. El templo gótico (siglo XIV) mantiene un fluir cadencioso y constante de visitantes autóctonos que pernoctan con rectitud ante sus altares. En el exterior, la Torre sur parece absorber la energía de las naves en su afán por seguir alzándose hacia el cielo. Tan sólo el vertiginoso tejado a dos aguas con tejas coloristas en zigzag y el escudo de la ciudad consigue robarle el protagonismo. En el interior, la catedral se nos antoja oscura y misteriosa. Presume por tener espectaculares órganos distribuidos por su planta, unas lúgubres catacumbas que se adentran bajo el subsuelo de la plaza y un púlpito de piedra minuciosamente labrado que te dejará atónito. Puedes prescindir del museo catedralicio pero no de los 343 escalones que te llevan a lo más alto de la torre. Disfruta de las vistas.
Hofburg (Neue Burg)
El cerebro testimonial de la ciudad es el Palacio Imperial o Hofburg. Decimos testimonial ya que Austria dejó de pertenecer a los Habsburgo con la abdicación de Carlos I en 1918. No obstante, la ciudad se vanagloria de sus reyes y las calles y edificios están marcados con sus nombres. El palacio es una interminable sucesión de edificios adosados que se distribuyen por gran parte del centro de la ciudad. Es difícil imaginar una imagen de conjunto entre patios interiores, iglesias, callejones y estructuras superpuestas. Si a ello le sumamos que ha sido fragmentado para acoger museos y dependencias administrativas la tarea se vuelve aún más complicada. Los seis siglos de poder bajo la batuta de los Habsburgo se condensan en estas paredes. Este tiempo da para muchas ampliaciones y reconstrucciones. El Hofburg lo conforman entre otros el Neue Burg ( Museo de Éfeso, Cámara de Caza y Armaduras de la Corte, Colección de Instrumentos Musicales Históricos y el Museo del Papiro), El Ala Leopold, la Cancillería Imperial, los establos, la Capilla del Palacio Imperial, los Apartamentos Imperiales (Colección de Platería y Museo Sisí), la Biblioteca Nacional, el Tesoro Imperial, la Iglesia de los Agustinos, la Casa de las Mariposas, Museo Albertina (Antiguos apartamentos de invitados) y la Escuela Española de Equitación.
Hofburg (Apartamentos Imperiales, Museo Sissi)
De todo lo enumerado, nos disgustaría saber que te has privado de disfrutar de las fastuosas dependencias palaciegas de Sisi Emperatriz y del tratamiento mítico que hace Viena de esta figura. No te pierdas los eufemismos y mentirijillas amables que vinculan a su persona. Francisco José, el hombre, era un santo.
Biblioteca Nacional, Prunksaal
Cúpula Prunksaal
La Biblioteca Nacional de Austria es un tesoro barroco impecable. Preciosa factura la de este inmueble del siglo XVIII que explota gozosa de sí misma en el Prunksaal. Una maravillosa sala de paredes ondulantes dominada por la estatua de Carlos VI y coronada por el portentoso fresco de Daniel Gran.
Museo Albertina (Escalera Apartamentos imperiales para invitados)
El Albertina (antiguos Apartamentos Imperiales para invitados) es hoy un imprescindible museo que no puedes olvidar en tu visita. Pero preferimos dejarlo para otra entrada. Creemos que merece otros acompañantes para encuadrarlo como merece.
Ungüentario de esmeralda de 2.680 quilates
Las piezas del Tesoro Imperial son abrumadoras pero si no cuentas con el Vienapass deberías dejarlas atrás. La Capilla y la Iglesia de los Agustinos es gratuita. Entra y sal rápido y si has de pagar no pierdas tu tiempo. De las dos, es la Iglesia de San Agustín la que cuenta con algo más de valor. En ella se coronaron grandes monarcas del imperio como María Teresa de Austria. ¿La recuerdan? La archienemiga de Federico el Grande. O la madre de María Antonieta.
Interior Iglesia de San Pedro
Pero si hay algo que dota de sentido a esta altiva y resplandeciente ciudad son sus arterias. Pasear por las calles de Viena es un placer. Sin grandes estridencias, elegante, refinada, cuidada al milímetro... Es fácil sentirse dentro de un parque de atracciones decimonónico. Imagina pasear por calles peatonales repletas de boutiques lujuriosamente engalanadas o comerte una hamburguesa en un BurguerKing en Annagasse en medio de un salón rococó. Quizás prefieras echar un vistazo a la Iglesia barroca de San Pedro y descubrir que hay un concierto de órgano gratuito con el que deleitar tus oídos mientras tu mirada se pierde en los artificios, engaños y fruslerías del desmesurado encaje de yeso y pintura con el que está realizado el interior. Tiendas de antigüedades, galerías de arte y cafeterías históricas que sirven comida a todas horas te dan la bienvenida. O sigue paseando y disfruta de la sorpresa que algún músico callejero con traje arranca con sus dedos a las cuerdas de su violín. Date un capricho y admira los elegantes hoteles de la ciudad y haz una parada en sus ostentosas y bulliciosas cafeterías para reponer fuerzas.
- ¡Despierta!¡No es un sueño!¡Así es Viena!
Hotel Sacher
RECOMENDACIONES:
- Te dejamos un juego para terminar esta entrada. Dentro de los Apartamentos imperiales de Sissi se encuentra la Colección de Platería de la Corte. Una batería de recursos de cocina, vajillas, candelabros y mantelería que parece no terminar jamás. ¿Sabías qué existe una forma única para presentar las servilletas dentro de la corte imperial austriaca y qué tan sólo hay dos personas que poseen el secreto de su realización?¿Te atreves a desvelarlo? Aquí os dejamos unas fotos del revoltijo de tela para ayudarte. En tu próxima cena con invitados puedes causar sensación. ¡Suerte!
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