(Descenso a las playas Barrika)
La sugerente costa vizcaína condensa en pocos kilómetros un ingente número de atractivos singulares que la ensalzan como uno de los destinos más codiciados por el turista. Gastronomía, patrimonio y naturaleza se unen para ofrecerte una experiencia única. Más allá de Bilbao, recorriendo la costa, disfrutarás de ciudades tan evocadoras como Getxo y sus magníficos palacios, o Bermeo, ejemplo de ciudad marinera por excelencia. Pero también podrás zambullirte en las frías aguas de Sopelana o peregrinar, por un escenario de ensueño, el islote de San Juan de Gaztelugatxe. Te propongo un recorrido mágico por este perfil perlado de maravillas que se exhibe dichoso al mar Cantábrico.
( Puente Colgante de Vizcaya)
Ría abajo nuestro primer hito en el camino será el coloso de hierro que supone el Puente Colgante de Vizcaya y con el que Getxo y Portugalete unen su pasado industrial. Con 160 metros de largo y cuatro torres de 61 metros, el Puente originado por Alberto de Palacio en 1893 para acercar las dos márgenes de la Ría bien es merecedor de ser Patrimonio de la Humanidad y el primero Industrial que se concediera a España. Todo un símbolo de una era, la Industrial, que recoge en cada remache el tesón, la energía y los valores de más de un siglo de funcionamiento. La barcaza colgante que hoy vemos trasladando a vehículos y viandantes de un extremo a otro es un fantástico ejemplo de la funcionalidad de este Rodas bilbaíno que hoy sigue estando tan vivo como cuando se formuló su construcción a finales del siglo XIX. Ahora, además, es un museo vivo que podrás recorrer a pie por una pasarela ubicada en lo más alto de su estructura. Un lugar privilegiado para divisar la Ría y el mar Cantábrico al tiempo que conoces las tesituras de esta obra ya sea con audioguía o leyendo los paneles informativos habilitados en la pasarela.
Siguiendo nuestra ruta por la parte este de la ría llegamos hasta Getxo. La burguesía fruto de la industria eligió esta localidad para levantar unos envidiables palacetes que hoy perduran orgullosos mirando a la Ría. Getxo, es una ciudad animada por el turismo de sus playas y un casco viejo que evoca el pequeño pueblo pesquero en el que comenzó a germinarse la ciudad que hoy se nos presenta. Si quieres saber más sobre Getxo visita su artículo en este enlace: Getxo o "Noblesse oblige".
Adheridos a la costa giramos en dirección a Sopelana, dejando el paseo peatonal que une esta localidad con Getxo y desde donde se disfruta de una vista inigualable del Golfo de Vizcaya. Sopelana es el enclave de playa favorito de la zona, impresionantes puestas de sol, turismo activo, todo ello a tan sólo veinte minutos de Bilbao. Un poco más hacia la derecha se encuentran las menos conocidas Playas Barrika, con un acceso más difícil y con un espacio limitado que desaparece durante la marea alta. Desde aquí captamos unas vistas mucho más personales y enigmáticas de la puesta de sol.
Hacemos otra parada en el camino para disfrutar de la acogedora Plentzia. La villa lleva con orgullo su relación con el mar y sobretodo con la caza de ballenas que la haría famosa. Hoy es una pequeña localidad que cuadriplica su población durante la jornada estival agarrada a su ría y que escala con calles simétricas la ladera que lleva hasta lo más alto del pueblo, junto a la Iglesia de Santa María Magdalena.
Si hay un lugar que condensa la fortuna de esta costa ese es el Islote de San Juan de Gaztelugatxe. Unido a la costa por un pequeño puente de piedra de dos arcos posee unas sinuosas escaleras que acceden hasta la ermita de San Juan desde la que podrás divisar la costa Vizcaína y el Cabo Matxitxako. Desgraciadamente, el verano, no es el mejor momento para visitar este lugar, y menos, si hace bueno. Los turistas hemos tomado este pequeño rincón despojándolo de la tranquilidad y el sosiego que inspira el oleaje al morder el islote. Para llegar hasta San Juan hay que dejar el vehículo unos kilómetros más atrás y descender por un carril que te llevará hasta el inicio de los 231 escalones que acceden hasta el templo.
Junto a este Biotopo Protegido se encuentra Bermeo, otro pueblo que no podrás perderte si viajas hasta Vizcaya, Con sus nueve barrios rurales la villa marina se deja querer por el turismo que ve en sus bonitas fachadas una postal que guardar en la maleta.
(Playa Ereaga, Getxo)
Siguiendo nuestra ruta por la parte este de la ría llegamos hasta Getxo. La burguesía fruto de la industria eligió esta localidad para levantar unos envidiables palacetes que hoy perduran orgullosos mirando a la Ría. Getxo, es una ciudad animada por el turismo de sus playas y un casco viejo que evoca el pequeño pueblo pesquero en el que comenzó a germinarse la ciudad que hoy se nos presenta. Si quieres saber más sobre Getxo visita su artículo en este enlace: Getxo o "Noblesse oblige".
Adheridos a la costa giramos en dirección a Sopelana, dejando el paseo peatonal que une esta localidad con Getxo y desde donde se disfruta de una vista inigualable del Golfo de Vizcaya. Sopelana es el enclave de playa favorito de la zona, impresionantes puestas de sol, turismo activo, todo ello a tan sólo veinte minutos de Bilbao. Un poco más hacia la derecha se encuentran las menos conocidas Playas Barrika, con un acceso más difícil y con un espacio limitado que desaparece durante la marea alta. Desde aquí captamos unas vistas mucho más personales y enigmáticas de la puesta de sol.
(Puesta de sol desde Barrika)
Hacemos otra parada en el camino para disfrutar de la acogedora Plentzia. La villa lleva con orgullo su relación con el mar y sobretodo con la caza de ballenas que la haría famosa. Hoy es una pequeña localidad que cuadriplica su población durante la jornada estival agarrada a su ría y que escala con calles simétricas la ladera que lleva hasta lo más alto del pueblo, junto a la Iglesia de Santa María Magdalena.
(Plentzia)
(Arco de la Iglesia de Santa María Magdalena, Plentzia)
Si hay un lugar que condensa la fortuna de esta costa ese es el Islote de San Juan de Gaztelugatxe. Unido a la costa por un pequeño puente de piedra de dos arcos posee unas sinuosas escaleras que acceden hasta la ermita de San Juan desde la que podrás divisar la costa Vizcaína y el Cabo Matxitxako. Desgraciadamente, el verano, no es el mejor momento para visitar este lugar, y menos, si hace bueno. Los turistas hemos tomado este pequeño rincón despojándolo de la tranquilidad y el sosiego que inspira el oleaje al morder el islote. Para llegar hasta San Juan hay que dejar el vehículo unos kilómetros más atrás y descender por un carril que te llevará hasta el inicio de los 231 escalones que acceden hasta el templo.
(Vistas de de San Juan de Gaztelugatxe y el peñón de Akatz desde el Cabo Matxitxako)
Junto a este Biotopo Protegido se encuentra Bermeo, otro pueblo que no podrás perderte si viajas hasta Vizcaya, Con sus nueve barrios rurales la villa marina se deja querer por el turismo que ve en sus bonitas fachadas una postal que guardar en la maleta.
(Bermeo)
Mundaka es la última localidad antes de adentrarse en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. El estuario en el que desemboca el río Oka marca el final de nuestro viaje y nos adelanta nuestra próxima etapa en Guipúzcoa.
RECOMENDACIONES:
- Un sitio para comer que no podemos permitir que te pierdas: http://almiketxu.com/
- Os recomiendo la localidad de Mungia como puerto base desde el que moverse por Vizcaya pues se encuentra en el centro de la provincia.
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