miércoles, 26 de agosto de 2015

La costa oeste guipuzcoana o Aquí si hay playa

 
(Playa de Zarautz)

   Más allá de Donostia, Guipúzcoa, ofrece un bonito plantel de localizaciones que al igual que la capital de provincia te seducirán con mar, ocio y gastronomía a pequeña escala. No obstante, el verano es temporada alta y estos lugares están desbordadas por el turismo que los dotan de un carácter vibrante y cosmopolita al tiempo que intensifican sus ofertas de ocio con animadas fiestas patronales. Si San Sebastián es La Perla, la costa guipuzcoana, se convierte en una fabulosa cadeneta labrada en roca, restos de sal y mucha diversión.

   Salimos de Donostia sentido Bilbao por la N-634. Nos encantan las carreteras con personalidad y ésta, la tiene. Impregnada en verde y obligados a un ritmo más acorde con la exultante vegetación vasca llegamos hasta Orio. Este pequeño pueblo pesquero acoplado a la desembocadura del río Oria no ofrece un fuerte estímulo para ser visitado más allá de un par de iglesias, aunque puede ser un buen lugar como campamento base. Si ha de destacar por algo es por contar con los remeros de traineras que suelen estar a la cabeza de las competiciones cántabras y entrenan aquí. A nivel gastronómico, Orio es el lugar en el que nace la tradición de comer el besugo a la parrilla. Y como no quiero dejaros con las ganas de saber más sobre el besugo, que conozco a algunas seguidoras y seguidores de buen paladar, os dejo un vídeo muy instructivo para que podáis cocinar vuestro propio besugo en casa.



   Dejando atrás Orio, llegamos a Zarautz que presume de tener la playa más grande de Euskadi. Dos kilómetros de playa impoluta, con buenos servicios y que además, es museo al aire libre ya que el malecón está salpicado de esculturas. La ciudad le ha tomado afición a eso de la escultura y toda su urbe está adornada con extravagantes obras fruto de la compra y concursos internacionales que se celebran en la misma localidad. La postal más pintoresca de la villa marinera son las cómodas casetas de playa que puedes alquilar para disfrutar de un día espectacular bajo el sol. El pueblo, en constante expansión, tomado en su totalidad por visitantes y surferos se adentra hacia tierra; primero, histórico y recoleto, y después, frívolo y urbanístico. En su casco viejo encontrarás casonas palaciegas robustas talladas en piedra que conservan su porte de fortaleza como Torre Luzea o el Palacio de Narros. Destaca el Conjunto Arqueológico Monumental de Santa María la Real con torre-palacio incluida.

("Torsión compensada" de Dora Salazar - 1er Premio Concurso de Escultura Paseo Marítimo 1996-)

(Torre Luzea)

   Pero decidimos dejar Zarautz porque han llegado a nuestros oídos que en Getaria están en fiestas y nosotros no queremos perdérnoslas. Viajamos a la casa del txakolí, pues de aquí procede la primera denominación de orígen, de Balenciaga y de Juan Sebastián Elcano, hijos amados y venerados por la ciudad. No podríamos haber elegido un mejor momento para visitar Getaria. El pueblo amoldado a la roca de la costa guipuzcoana con sus espectaculares palacios nos descubre su cara poderosa y bella, orgullosa de su pasado y bonanza económica. Durante las Fiestas de San Salvador nos encontramos atónitos ante una villa pesquera sinuosa, repleta de paisanos que cantan al ritmo de las charangas, con los restaurantes atestados y las parrillas bien templadas para cocinar el ansiado besugo de la zona.

(Estatua San Sebastián Elcano)

(Iglesia de San Salvador y muralla)

   Un rápido paseo nos lleva a las zonas más deseadas. El Museo Balenciaga en la parte más alta, la estatua de Elcano en clara alusión al Hércules de Miguel Ángel, la Iglesia Fortaleza de San Salvador que se acopla a los restos de muralla de la villa y que permanece bajo la atenta mirada de la arqueología que está desenterrando su pasado. Las calles que conectan el puerto con la zona alta de la ciudad son un desfile de escudos heráldicos que nos convencen aún más de la poderosa ciudad que visitamos. Pero ahora es el momento de sumarnos a la fiesta, de dejarnos seducir por las barras abarrotadas de pintxos, sin olvidar guardar el palillo de cada uno de ellos para luego pasar por caja, y de refrescar el gaznate con el chispeante txakolí que todo lo puede. ¡Por San Salvador!

(Calle de Getaria)


   La costa guipuzcoana no termina aquí como habrás imaginado pero para nosotros, esta etapa sí lo ha hecho. Guardamos las ganas de ver el perfil de las playas de Zumaia que junto con Getaria y Zarautz es otro de los destinos más turísticos de esta costa. ¿Sabías que en estos pueblos se encuentran parte de las localizaciones de la aclamada "8 apellidos vascos"? Otra excusa más para visitarlos. Y no nos olvidamos de la parte este, al final de esa cadeneta de la que hablábamos al principio como metáfora se haya Hondaribia/Fuenterrabía que habría sido el engarce perfecto para terminar esta parte del viaje. Nos quedamos con la ganas. Así nos veremos obligados a volver a este lugar tan privilegiado. Ojalá todas las obligaciones trajesen tanto y tan bueno.


RECOMENDACIONES:

- Si tu bolsillo lo permite date el gusto de comer besugo a la plancha.
- Recuerda que las palabras en el texto con diferente color son enlaces para viajar a las páginas oficiales de los lugares que te presentamos.







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