lunes, 4 de mayo de 2015

PARTE III: En un lugar de la Mancha o Colgados por Cuenca

  
(Vista de Cuenca desde la hoz del Júcar)

  Para comenzar tu viaje a Cuenca lo primero que debes saber es que allí no están las Casas Colgantes sino las Colgadas y que está un poquito más lejos de lo que piensas cuando buscas tu ruta por google maps. Cuando has interiorizado ambas premisas, estás preparado o preparada para comenzar tu ruta.



   Cuenca es un lugar perfecto para una escapada romántica. Si te gustan las ciudades pequeñas en las que perderte por callejones con intrincadas escaleras, ésta, es tu ciudad. La gente es especialmente amable y gozan de un excelente sentido del humor; este último, supongo, forjado por los "caprichosos" acontecimientos que ha vivido la ciudad.



   La ciudad de las Casas Colgadas fue árabe en sus inicios y la urdimbre de sus calles así lo atestiguan. Acercarse al casco antiguo de Cuenca es escalar por la cresta de roca que los ríos Júcar y Huécar han dejado a su paso. Las casas se han ido encaramando a la piedra con el paso de los años buscando el escaso espacio que el risco ha dejado e inventando un sistema de construcción, arquitectura volada, que dota a esta ciudad de su actual perfil.

   En Cuenca te espera una catedral inacabada, algunos museos a los que asomarte, las Casas Colgadas (otro museo), un puente de hierro cuya mayor pretensión es facilitarte una buena foto, un Parador y un par de iglesias.  Se que dicho así no parece una visita muy motivadora pero, lo cierto, es que Cuenca tiene sobretodo otras cosas.

(Catedral: tras tirar la fachada barroca con la intención de crear una neogótica la falta de dinero dejo a la catedral de Cuenca sin torres y sin estatuas).


(Casas Colgadas: la impresionante balconada que las caracteriza es de principios del siglo XIX, acogen un museo de arte moderno).


   Si visitas la ciudad no puedes perderte los barrios de San Martín y San Miguel. Pasear por sus calles será tu mejor decisión y aprenderás mucho sobre la forma en la que esta ciudad ha ido creciendo. Los rascacielos de San Martín son una auténtica proeza arquitectónica. Las primeras casas que se construyeron quedaban adosadas a la roca por medio de una estructura de vigas dejando gran parte del suelo del hogar al aire. Posteriormente, y a medida que la ciudad iba creciendo, nuevas casas comenzaron a construirse a los pies del adarve hasta llegar a conectar con el suelo de las casas voladas que ya existían. Es así como Cuenca puede presumir de poseer los primeros rascacielos realizados sin hormigón. De echo, si la parte inferior de lo que vemos hoy se derrumbara aún quedaría la parte superior en pie ( o mejor dicho, colgando) sin inmutarse. El barrio de San Miguel tiene unas formidables vistas de las hoz del Júcar y unos vomitorios por los que asomarte a sus pendientes. En este lugar se encuentran algunos pubs muy recomendables donde podrás disfrutar de la contundente Tormo, la cerveza conquense. 

 (Barrio de San Miguel)


(Barrio de San Martín: aquí podéis ver la forma en la que se ha generado esta arquitectura. Por un lado las casas voladas y en el centro el rascacielos fruto de la unión de una casa volada con otra que arranca del suelo).


      Si seguimos ascendiendo por la ciudad, por la calle del Trabuco, dejando atrás la Catedral, llegaremos hasta la zona más alta donde permanece un testigo en forma de muralla del castillo de la ciudad y un nutrido grupo de restaurantes preparados para recibir las visitas del turista.



RECOMENDACIONES:

- Ni se te ocurra buscar aparcamiento por tu cuenta acabarás metido en un jaleo donde piedras, curvas, cuestas y callejones sin salida pueden hacer de tu viaje un horror. Sigue las indicaciones de los parkings indicados por la señalización. El mejor y más grande se encuentra en la parte más alta, en el barrio del castillo. Parking gratuito.

- Disfruta de la noche de Cuenca, la iluminación, los bares y restaurantes de la ciudad son muy acogedores.

- Una buena forma de tener un primer contacto con la ciudad es a través de las visitas guiadas que ofrecen las empresas de turismo de la ciudad. Por el módico precio de cinco euros pasarás dos horas muy entretenidas conociendo la historia de Cuenca y sus principales monumentos.

- No puedes dejar Cuenca sin probar su dulce más típico el alajú.

- Prepara tu cartera para poner en tu despensa algo de vino de la tierra y ajo negro.

- Haz un espacio en tu estómago para probar el morteruelo y los zarajos y después tómate un chupito de resolí.






2 comentarios:

  1. David, me encanta como tienes montado el blog. Las fotos son geniales y con éstas y las descripciones te entran ganas de visitar la ciudad.!! :-)

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    1. Gracias María! Tengo que volver a Ávila para rendirle homenaje jajaja

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